Cuando tienes una vida tan dilatada como la mía, los días van pasando más
rápidos de lo normal, y estos los vas viviendo de recuerdos, unos buenos y
otros no tanto, pero todos forman parte de la historia de tu vida.
Mirando a mi alrededor, me
siento una superviviente, porque son tantos los amigos, y conocidos que ya no están
con nosotros, que doy gracias de haber sido elegida, para seguir en este mundo,
que aun teniendo este cosas que no nos agradan, la vida sigue siendo bonita .
Todas las personas tenemos una época, un año e incluso un día que
recordamos especialmente; hay muchos en la vida, los malos vamos tratando de
aparcarlos, para poder disfrutar de los buenos, tanto los pasados como los
presentes
Para toda mujer que tenga hijos,
la llegada de estos es un acontecimiento
qué jamás se olvidará, pero aparte de esto, los recuerdos que tengo de una época, fue el tiempo que viví
en Jerez de la Frontera. Fueron unos años en los que mis hijos iban creciendo, unos en el Instituto, otros
en el colegio, y también alguno en la guardería, esto hacia que me encontrara más
libre para dedicarme a hacer cosas que auque me daban trabajo, también me hacian
sentir útil ya que el trabajo de dedicarse a la casa y el cuidado de los hijos
en mi época no estaba valorado como se merece.
Allí estuve más de veinticinco
años, disfrutando de esa maravillosa ciudad, de sus alegres navidades, su
impresionante Semana Santa, y sobre todo esa bonita feria del Caballo que por
motivo de vivir en las proximidades de ésta, disfruté junto a mi marido de sus
preciosas casetas, de ese paseo de caballos, coches enjaezados tan
elegantemente, y que con su espectacular iluminación, hace que esta feria sea
la más bonita de España.
Pero como
digo, al principio, todo pasa muy rápidamente,
y sin apenas darte cuenta, un día te encuentras sin tu compañero de toda la vida, te miras al
espejo y te ves fea, vieja, y con sobrepeso, lo único que tiene de positivo
esta etapa, es que en cada una de las arrugas de tu cara, hay escondida una
vivencia, una historia y una experiencia
que no puedes tener, cuando la piel está tersa y bonita