miércoles, 30 de diciembre de 2020

Hasta nunca 2020


Estamos en plenas Navidades. Es esta una Navidad muy diferente a la de otros años donde la algarabía y la fiesta la hemos dejado atrás y nos hemos concentrado en lo que es el espíritu navideño. 

En mi caso, todos los años nos juntábamos alrededor de veinte personas, pero este año la Nochebuena estuve con dos de mis hijas y sólo éramos cinco familiares, por recomendación de las autoridades y porque en todos los sitios, ya fueran de familiares, amigos o conocidos se notaba los estragos que está dejando este virus. No ha habido lugar para celebraciones y en nuestras mentes están todas las familias que han tenido que ver la falta de algún ser querido. También todas esas familias que han perdido sus puestos de trabajo o negocios, quedando a merced de los buenos ciudadanos que les puedan ayudar. 

Creo que el 2020 pasará a la historia como un año nefasto. Confiamos en que el próximo año nos traiga esperanza y con la ayuda de Dios, también esa vacuna en la que los científicos han estado trabajando noche y día para obtenerla lo más rápidamente posible. Hay que agradecer tanto a estos como al personal sanitario, quienes han luchado con valentía para salvar a muchas personas que han logrado sobrevivir.

Deseamos que esto, en el futuro, solo sea un mal recuerdo, porque para las personas que tenemos una edad avanzada y creíamos que ya lo teníamos todo visto, bueno o malo, ha supuesto un gran golpe. Y  los que logren salir adelante lo recordarán con amargura toda su vida.