miércoles, 30 de diciembre de 2020

Hasta nunca 2020


Estamos en plenas Navidades. Es esta una Navidad muy diferente a la de otros años donde la algarabía y la fiesta la hemos dejado atrás y nos hemos concentrado en lo que es el espíritu navideño. 

En mi caso, todos los años nos juntábamos alrededor de veinte personas, pero este año la Nochebuena estuve con dos de mis hijas y sólo éramos cinco familiares, por recomendación de las autoridades y porque en todos los sitios, ya fueran de familiares, amigos o conocidos se notaba los estragos que está dejando este virus. No ha habido lugar para celebraciones y en nuestras mentes están todas las familias que han tenido que ver la falta de algún ser querido. También todas esas familias que han perdido sus puestos de trabajo o negocios, quedando a merced de los buenos ciudadanos que les puedan ayudar. 

Creo que el 2020 pasará a la historia como un año nefasto. Confiamos en que el próximo año nos traiga esperanza y con la ayuda de Dios, también esa vacuna en la que los científicos han estado trabajando noche y día para obtenerla lo más rápidamente posible. Hay que agradecer tanto a estos como al personal sanitario, quienes han luchado con valentía para salvar a muchas personas que han logrado sobrevivir.

Deseamos que esto, en el futuro, solo sea un mal recuerdo, porque para las personas que tenemos una edad avanzada y creíamos que ya lo teníamos todo visto, bueno o malo, ha supuesto un gran golpe. Y  los que logren salir adelante lo recordarán con amargura toda su vida. 

martes, 16 de junio de 2020

Los héroes del Covid 19

El final del confinamiento ha llegado, aunque con muchas recomendaciones que tenemos que  cumplir rigurosamente por el bien de todos.

Yo estoy feliz por esta estupenda  noticia pues  ya era hora de poder contar algo alegre; ademas de esto, en estos días tan desagradables, han coincidido fechas muy importantes para toda la familia, como fue mis 85 cumpleaños - el cual pensábamos  celebrar todos-  junto a otros acontecimientos también dignos de destacar, pero todo se fue por la"borda" al iniciarse esta pandemia. Bueno digo todo, y no es así porque el fin de semana pasado mi hijo menor me hizo un gran regalo como fue  llevarme a la playa a pasar unos días a un estupendo hotel: allí lo pase genial junto a mis nietos y nuera que al final también se apuntaron.

Otra cosa por la que estoy contenta es por  haber conseguido subir a mi blog el post número 200  que a mi edad dicen que es un record. Cuando alcancé los 100 hubo quien me dijo que no muchos blogueros lo consiguen  y me retaron a llegar a los 200 y aquí estoy yo  con los deberes hechos, más bien o mal, pero lo he alcanzado.

Ya solo me queda, dar gracias  a todos los que me ha felicitado por mi  reciente onomástica.  También agradecer sobre todo a esos médicos y enfermeras, junto a otros  sanitarios, que han luchado por salvar la vida de tantos enfermos poniendo ellos la suya en peligro. Todos ellos merecen ser reconocidos como los héroes del Covid

martes, 12 de mayo de 2020

Calles vacías


Parece que el coronavirus lentamente va alejándose. Los más pequeños gozan del tan deseado paseo. Daba una alegría inmensa ver (en la tele) a los niños de varias edades con sus juguetes en la calle. Al principio se les notaba como un poco de miedo, pero pronto echaban a correr olvidándose de ese “bichito” que estaba en el aire, como decían los más pequeños. 

A los mayores, parece que también nos han dado permiso para pasear un ratito pero en la calle hay como miedo en el ambiente; no hay mucha gente y la que hay, se la ve con prisa, como con ganas de llegar a casa; y es que tantos días encerrados hacen mella en el cuerpo y en la mente. 

Si en una ciudad pequeña se contempla con tanta tristeza las calles y las carreteras vacías de gente y coches, debe ser peor en las grandes capitales, acostumbrados como estamos a ese bullicio incesante, a ese ir y venir, a ver colas interminables a las puertas de cines y teatros. 

Tengo en mi retina aún la desagradable imagen de los sanitarios de primera linea enfundados en sus trajes, atendiendo a tantos enfermos. Al principio, a mi aquello no me parecía real sino más bien una película de terror, como las que ponen en la tele. Incluso soñaba con ello y cuando despertaba me ponía muy nerviosa, con un toque de ansiedad. Esperemos con fe que todo pase.

jueves, 23 de abril de 2020

El valor de un beso


¿Qué cuánto vale un beso? Eso habría que preguntárselo a los abuelos y abuelas, quienes en las residencias están viviendo un calvario, como es asistir al drama de ver cómo se van  tantos compañeros sin poder despedirse de los suyos. Seguro que darían lo poco que les quedara de esa vida que se les escapa por momentos, si antes pudieran abrazar y besar a sus nietos. Al otro lado, los nietos están en casa, esperándolos, con toda la ansiedad que un niño puede sentir. 

Esta pandemia se está haciendo muy larga tanto para los ancianos como para los jóvenes, todos recluidos en casa, agotando las iniciativas propuestas para estos días. Ya se llama menos por teléfono, se mandan menos chistes y tonterías por el guasap..Todo esto tendremos que dejarlo para cuando pase esta catástrofe, si aún nos queda algo por comentar al respecto. Mientras tanto hay que resistir. ¡A resistir, valientes!

A esas amigas que me llaman contándome las ganas que tenemos todas de vernos en los célebres cumpleaños de los sábados. Hasta entonces......a resistir. ¡A resistir valientes!

miércoles, 22 de abril de 2020

Escucha tu interior




Hoy termino de leer el libro de Prem Rawat titulado “Escúchate”. En él se habla mucho del ser humano y sus posibilidades de ser feliz; también de la divinidad, de la esperanza, la paz interior, el amor e infinidad de otras cosas, todas ellas dirigidas al corazón así como al interior de toda persona. 

Es un libro muy bonito y distraído por sus breves cuentos y anécdotas, poemas, citas proverbios, etc… En mi humilde opinión este libro debería leerse más de una vez y en cada capitulo pararse a meditar y reflexionar, ya que todas sus paginas invitan a ello. Yo lo he leído muy rápidamente, como es mi costumbre siempre que leo algo, para después releerlo y empaparme bien de su contenido.

sábado, 18 de abril de 2020

Mirando las nubes



Después de un mes confinada, sin ver el sol, por fin hoy este ha hecho acto de presencia. Por la mañana se anunciaba un día espléndido; yo, cansada como estaba del encierro forzoso que todos estamos sufriendo, me lancé a un rincón del jardín donde pude disfrutar del sol, tan necesario para la salud. Cuando más entretenida estaba leyendo un libro, alcé la cabeza y a lo lejos por el noroeste, atisbé unas nubes blancas que se acercaban con rapidez, formando una gran masa que se iba desintegrando apareciendo una especie de rebaño de ovejitas que pasaban todas juntas hacia el sur. Fue bonito mientras duró, porque pasó a convertirse otra vez en masa compacta, ocultando el sol y teniendo que volver al cautiverio otra vez.  

Esto que estamos pasando sirve para apreciar más cualquier cosa por simple que sea. Todo nos parece más maravilloso, una simple nube, un rayo de sol e incluso un saludo afectuoso de un vecino, que hasta ahora apenas habíamos hablado con él. Pidamos todos que esto acabe pronto y volvamos a la normalidad, si por normal entendemos correr y correr buscando una vida mejor sin darnos cuenta que ya la teníamos. 

miércoles, 8 de abril de 2020

Entre rejas no veo ni el sol.



Con este título, da la impresión de que estoy prisionera; pero no, no es así. Me han dicho que estoy confinada. Yo, a través de la ventana de mi habitación, lo que veo pasar son los dias, muy lentamente, unos con nerviosismo, los más con un sentimiento descorazonador que realmente no sé muy bien explicar. Lo que sí es que me siento como inútil cuando veo la cantidad de gente que está movilizándose alrededor de esta pandemia. Debemos dar las gracias a todas esas personas, especialmente a los médicos y todo el personal sanitario que exponen diariamente su vida para salvar la de otros. 

Me siento afortunada en mi confinamiento pues aquí yo también tengo un médico y una enfermera que me cuidan con esmero, más bien que me miman. Pero a pesar de todo, añoro muchas cosas; una de ellas es el sol pues desde que me vine de Granada parece estar también con la cuarentena pues apenas asoma tímidamente, tras una nube, se vuelve a esconder, como temiendo algo. 

Ahora mismo parece que el día ha mejorado; hasta donde alcanza mi vista los árboles agitan con fuerza sus ramas, señal de que el viento ha hecho presencia. Así que es lo que tenemos, otro día más sin tomar ni el sol ni el aire. 

Hasta que esta situación pase, pues miraré por la ventana… y miraré las nubes, me gustan más que las musarañas, esperaré al menos a que venga un pajarito a canturrearme y lo disfrutaré con la mayor de las alegrías.


sábado, 28 de marzo de 2020

¿Dónde estás primavera?

Llegó la primavera siguiendo su curso normal.  Lo que ya no es tan normal es no poder salir a la calle o al jardín a contemplar los brotes de las plantas que emergen como todos los años.

También los pajarillos vuelven con júbilo a anidar, bien en los tejados o en cualquier otro sitio que vean conveniente. Ellos no saben lo que pasa y se extrañarán de no ver a niños jugando en las plazas y calles. Añorarán a los ancianos que tanto gustan de ponerse al sol pues parece como si el coronavirus se los hubiera llevado a todos a mejor vida. Sí, han muerto muchos y otras personas están muy enfermas pero también quedamos bastantes aferrándonos a la vida.

Esto que está pasando que es no grave, sino gravísimo y aún siendo tan desproporcionado, tiene algo de positivo. Es que todos estamos más concienciados disfrutando más del día aunque sea más aburrido que antes.

El encierro este tan largo da para muchas cosas: induce a la reflexión, a dar gracias por la vida que hemos disfrutado tranquilamente y a hacer nuevos propósitos para esa vida que ahora sabemos mejor que antes, que en un pis pas se nos puede escapar. De seguir en ella cualquier cosa aportará mayor felicidad que antes: un beso, un abrazo, una caricia a nuestros nietos, nos colmará de dicha.

Pedimos a Dios que esto acabe pronto y desde también un gran reconocimiento a todas esas personas que exponen su vida diariamente para cuidar y salvar  a otras.