sábado, 28 de marzo de 2020

¿Dónde estás primavera?

Llegó la primavera siguiendo su curso normal.  Lo que ya no es tan normal es no poder salir a la calle o al jardín a contemplar los brotes de las plantas que emergen como todos los años.

También los pajarillos vuelven con júbilo a anidar, bien en los tejados o en cualquier otro sitio que vean conveniente. Ellos no saben lo que pasa y se extrañarán de no ver a niños jugando en las plazas y calles. Añorarán a los ancianos que tanto gustan de ponerse al sol pues parece como si el coronavirus se los hubiera llevado a todos a mejor vida. Sí, han muerto muchos y otras personas están muy enfermas pero también quedamos bastantes aferrándonos a la vida.

Esto que está pasando que es no grave, sino gravísimo y aún siendo tan desproporcionado, tiene algo de positivo. Es que todos estamos más concienciados disfrutando más del día aunque sea más aburrido que antes.

El encierro este tan largo da para muchas cosas: induce a la reflexión, a dar gracias por la vida que hemos disfrutado tranquilamente y a hacer nuevos propósitos para esa vida que ahora sabemos mejor que antes, que en un pis pas se nos puede escapar. De seguir en ella cualquier cosa aportará mayor felicidad que antes: un beso, un abrazo, una caricia a nuestros nietos, nos colmará de dicha.

Pedimos a Dios que esto acabe pronto y desde también un gran reconocimiento a todas esas personas que exponen su vida diariamente para cuidar y salvar  a otras.